jueves, 4 de octubre de 2007

Revista Mexicana de Orientación Educativa
N° 2, Marzo 2003-Junio 2004

Tendencias de la Matrícula de Educación Superior en México
Guadalupe Escamilla Gil *

Resumen: El tema central del presente artículo es la situación actual de la matrícula de educación superior en México y su proyección al año 2006. Primero se señalan algunas cifras que sirven como elementos para caracterizar la universidad mexicana; al mismo tiempo, se pretende realizar un bosquejo rápido de la situación prevaleciente en la educación superior, desde una perspectiva de limitaciones y deficiencias. Finalmente, se pasa a presentar su posible expansión al año 2006 y las tendencias observadas.

En 2006 todas las entidades federativas tienen previsto atender “con calidad” la demanda social creciente de educación superior que será, según las metas del Programa Nacional de Educación 2001-2006, de cerca de 2 millones 800 mil alumnos, equivalente a una tasa de cobertura del 28 por ciento (IFIE, s/f). Sin embargo, las deficiencias y problemas que presenta actualmente la matrícula de educación superior, señalan que difícilmente se podrá cumplir con esa meta si continúan las tendencias inerciales y si no se hace un esfuerzo extraordinario en modificarlas.
Escasa diversificación de los perfiles institucionales
Según el Instituto de Fomento e Investigación Educativa, IFIE, en el ciclo escolar 1999-2000, los Servicios de Educación Superior fueron prestados en 1,293 instituciones (1,576 unidades académicas); 558 públicas y 735 particulares, las cuales pueden agruparse en cinco subsistemas principales: El subsistema de universidades públicas estuvo integrado por 45 instituciones, considerando sólo las unidades centrales, las cuales realizan las funciones de docencia, investigación y extensión de la cultura y los servicios. En este subsistema se realizó más del 50 por ciento de la investigación en México y se atendió al 52 por ciento de los estudiantes de la licenciatura y al 48 por ciento de los de posgrado. El subsistema de educación tecnológica lo conformó un total de 182 instituciones que en conjunto atendió al 19 por ciento de la matrícula de licenciatura y al 6 por ciento del posgrado. De las 182 instituciones, 102 son coordinadas por el Gobierno Federal. Las 80 instituciones restantes son institutos tecnológicos descentralizados de los gobiernos estatales.
El subsistema de universidades tecnológicas 1 lo conformaron 43 instituciones públicas que operan como organismos descentralizados de los gobiernos estatales. En conjunto atendieron a un poco más del 2 por ciento de la matrícula de educación superior. El subsistema de otras instituciones públicas agrupó a 68 instituciones no comprendidas en los conjuntos anteriores y atendió al uno por ciento de la población total de licenciatura y al 7 por ciento de la de posgrado. El subsistema de instituciones particulares estuvo integrado por 598 organismos sin incluir las escuelas normales (168 universidades, 171 institutos y 259 centros, escuelas y otras instituciones) En el nivel de licenciatura este subsistema atendió al 27 por ciento de la matrícula y en el posgrado al 36 por ciento. El subsistema de educación normal 2 estuvo compuesto por 357 escuelas, de las cuales 220 son públicas y 137 particulares, las cuales atendieron al 11 por ciento de la población escolar de educación superior del país. Cabe hacer notar que de las 1,576 unidades académicas que conforman el sistema, 1,368 tienen como misión la transmisión del conocimiento y su oferta está compuesta por programas exclusivamente a nivel licenciatura. Lo anterior evidencia una escasa diversificación de los perfiles de las instituciones que conforman el sistema de educación superior, lo que constituye una de sus debilidades. (IFIE: s/f)
Descenso de las Instituciones Públicas de Educación Superior
Actualmente, los servicios de educación superior son prestados en 1,860 instituciones, 745 públicas y 1,115 particulares. Las cuales son agrupadas por la ANUIES de la siguiente manera: 400 centros, 62 colegios, 454 escuelas, 531 institutos y 413 universidades (ver Cuadro Nº 1).

CUADRO Nº 1 Instituciones de Educación Superior en el país (2002-2003)
Fuente: Anuario Estadístico de ANUIES 2003


En el ciclo escolar 2002-2003 la educación superior alcanzó una matrícula escolarizada de 2 millones 147 mil 075 estudiantes, de los cuales 82.4 por ciento cursa la licenciatura (1 millón 768 mil 453 alumnos); 2.9 por ciento el nivel Técnico Superior (62 mil 049); 8.6 la Educación Normal (184 mil) y 6.2 el posgrado (132 mil 473). Del total de la matrícula que cursa la licenciatura, el 68.5 por ciento de los estudiantes asiste a escuelas públicas y el 31.5 por ciento a escuelas privadas (ANUIES, 2003).
Entre 1981 y 2003, la matrícula de licenciatura en las instituciones de educación superior en el sector privado pasó de 118 mil 999 estudiantes a 644 mil 832, lo que representa un incremento acumulado de 441 por ciento, de tal manera que el universo estudiantil de las universidades privadas pasó de representar 15 por ciento en 1981 a 31.5 por ciento en 2003. En contraste, la matrícula en las instituciones públicas cayó de 85 por ciento en 1981 a 68.5 por ciento en 2003.
A pesar del crecimiento de la matrícula de educación superior en el sector privado, las cifras que presentamos en el siguiente Cuadro nos demuestran que la educación superior pública ha tenido y sigue teniendo un papel relevante en el país.

Cuadro Nº 2: Población Escolar de Licenciatura Universitaria y Tecnológica por Régimen
Fuente: Anuarios Estadísticos de ANUIES


La distribución territorial de la matrícula: desigual e ineficiente
Otro aspecto importante que hay que considerar es que el 50 por ciento de la matrícula de educación superior se concentra en sólo 5 entidades del país: el Distrito Federal y los estados de México, Jalisco, Nuevo León y Puebla. El Distrito Federal es la entidad privilegiada con 20.5 por ciento de la matrícula nacional; después se ubican el estado de México con 8.8 por ciento; Jalisco con 6.5 por ciento; Nuevo León con 5.8 por ciento y Puebla con 5.5 por ciento. El resto de los estados tienen tasas bajas de participación, como ocurre con Tabasco, cuya matrícula representa apenas el 2 por ciento de la nacional; Zacatecas 0.9 por ciento y Baja California Sur 0.4 por ciento (SEP-SESIC,2001).
“Al igual que en otros muchos aspectos de la vida nacional, la educación superior padece el fenómeno de la centralización. Esta situación no es reciente, viene presentándose desde hace mucho tiempo y responde a condiciones tanto del sistema educativo como de la propia economía nacional, y en ella inciden, además factores de orden social y cultural” (Rangel, 1976:42). Sin embargo, podemos observar en el Cuadro Nº 3 un proceso de desconcentración de la matrícula de 1950 a 2000.
De acuerdo a Ríos Ferruzca, la segunda mitad del siglo XX —como resultado de la ampliación de la oferta educativa, vista como la creación de nuevas instituciones, el crecimiento de las existentes, con la apertura de nuevas carreras­­— registró notables avances en la desconcentración de la matrícula de licenciatura universitaria y tecnológica del Distrito Federal hacia los estados. Para los años 1950 y 1960 la proporción de los estudiantes atendidos en la capital del país fue del 68 por ciento, mientras en los siguientes años se observaron disminuciones significativas. Así, tenemos que en 1970 se reduce a 52.7 por ciento; en 1980 a 29.8 por ciento; en 1990 a 23.4 por ciento y en el año 2000 a 20.5 por ciento (Ríos, s/f).

CUADRO Nº 3: La desconcentración de la población escolar de licenciatura del D.F.
1950-2000
Nota: Se incluye sólo alumnos de Licenciatura Universitaria y tecnológica
Fuente: Anuario Estadístico de ANUIES


A lo largo de estos 50 años la mayor desconcentración se dio en el periodo 1970-1980; un factor que favoreció esta situación fue la creación de instituciones: el número de institutos tecnológicos regionales se incrementó de 19 a 48 establecimientos, se ampliaron y diversificaron las carreras en más de 100 por ciento y la matrícula escolar se incrementó en más de 300 por ciento (Hernández, 1976). En paralelo a la creación de este tipo de instituciones aumentaron significativamente los recursos económicos canalizados a las universidades públicas, luego de un período de limitaciones presupuestales en los años sesenta. Ello permitió la creación, desarrollo y transformación de algunos institutos o centros a universidades. Se fundaron en los estados 6 universidades: la Universidad Autónoma de Baja California Sur, la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, la Universidad Autónoma de Aguascalientes, la Universidad Autónoma de Chiapas, la Universidad Autónoma de Tlaxcala, y la Universidad Autónoma de Occidente (ANUIES, 2000). En esta expansión jugaron un papel importante las instituciones particulares, creándose en dicho periodo, entre otras, la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (1973), la Universidad del Noroeste (1979) y la Universidad Valle de Bravo (1976). En resumen, el número de instituciones, incluyendo las unidades desconcentradas o campus, pasó de 95 a 235 planteles (Ríos, s/f).
En el Diagnóstico del sistema de educación superior del Programa Nacional de Educación 2001-2006 se apunta que aunque la diversificación de la oferta educativa ha sido significativa en los últimos años, “su distribución territorial es desigual y es aún insuficiente en los campos del conocimiento para atender la demanda de profesionales calificados en las diversas regiones del país” (SEP, 2001: 189)
Sobredemanda en el área de Ciencias Sociales y Administrativas
Otro de los problemas es que el 49 por ciento de la demanda estudiantil de licenciatura universitaria y tecnológica se concentra en el área de Ciencias Sociales y Administrativas, especialmente en las carreras de Derecho, Contabilidad y Administración. En contraste, las áreas de Ciencias Naturales y Exactas, que absorben el 2 por ciento de la demanda, así como la de Ciencias Agropecuarias con el 2.5 por ciento, muestran signos preocupantes de decrecimiento de la matrícula, a pesar de que son áreas de gran importancia para el desarrollo nacional. Por otra parte, existen dos áreas cuyo crecimiento es consistente, en términos generales, con las recomendaciones de las políticas de planeación y coordinación: el área de ingeniería y tecnología que ha incrementado gradualmente su participación y ahora atiende a 33 por ciento y el área de ciencias de la salud, que atiende a 9 por ciento. El crecimiento ordenado de esta última es producto de la coordinación intersectorial que opera desde hace más de diez años entre la Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Salud y las instituciones educativas (ver Cuadro Nº 4).

Cuadro Nº 4: Matrícula de Licenciatura en las IES por Área de Conocimiento
Fuente: Anuarios Estadísticos de ANUIES


Estas cifras demuestran que la educación superior está favoreciendo el crecimiento de los servicios, del sector terciario, en lugar de propiciar el desarrollo de las actividades primarias y de transformación. Por otro lado, es importante reconocer que en la conformación de la oferta educativa del nivel superior no se considera plenamente el comportamiento del mercado de trabajo ni las perspectivas reales de empleo, que deberían servir de base para orientar la demanda.
La sobredemanda en esta área de conocimiento se ve reflejada en la demanda de ingreso a nivel licenciatura en la UNAM, donde se encuentran saturadas las carreras de Ciencias Sociales. En el ciclo escolar 2002-2003, de los casi 80 mil aspirantes -tanto del sistema escolarizado como del sistema abierto- que realizaron su examen, el 41.16 por ciento eligió una carrera del área de Ciencias Sociales: Derecho, Administración, Ciencias de la Comunicación, Contaduría y Relaciones Internacionales.
Las estadísticas revelan que quienes se apuntaron para el concurso de selección a alguna de Ciencias Biológicas y de la Salud: Medicina, Psicología y Odontología, sumaron el 30.67 por ciento del total.
Otro 15.88 por ciento se registró en el área de Físico-Matemáticas e Ingenierías, mientras que sólo el 12.29 por ciento lo hizo para concursar por un lugar dentro del área de Humanidades y Artes (Castro, 2002).
El resultado fue que de los 78 mil 383 estudiantes –de un total de 80 mil aspirantes- que demandaron estas carreras, que son las 8 de mayor demanda en la UNAM, sólo ingresaron: en Medicina, uno de cada 8 estudiantes; en Derecho, uno de cada 4; en Psicología, uno de cada 5, en Administración, uno de cada 5; en Ciencias de la Comunicación, uno de cada 6; en Contaduría, uno de cada 3; en Odontología, uno de cada 4; y en Relaciones Internacionales, uno de cada 5 estudiantes (DGAE-UNAM, 2002). Cabe hacer notar que en este ciclo escolar sólo ingresaron a una carrera a nivel licenciatura un total de 34 mil alumnos, de los cuales 8 mil 400 fueron seleccionados mediante examen, y los restantes 31 mil 600 lo hicieron mediante el mecanismo de pase reglamentado por provenir de escuelas de la propia institución.

Cuadro Nº 5: Las 8 carreras con mayor demanda de ingreso a la UNAM 2002-2003
Fuente: DGAE-UNAM

La sobredemanda por carreras de Ciencias Sociales va en detrimento de áreas como Físico-Matemáticas, vitales para el desarrollo tecnológico, económico y social del país, donde sin embargo, escasean los profesionistas a pesar del retraso imperante en México en ese sector. Al respecto, y de acuerdo al Informe de Desarrollo Humano 2001 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en México la tasa de estudiantes del nivel profesional matriculado en estudios de ciencias matemáticas e ingenierías es de sólo 5 por ciento. Esa tasa resulta baja en comparación con la de otros países de alto desarrollo tecnológico, como es el caso de Finlandia, con un porcentaje de 27.4 por ciento, 25.3 por ciento en Australia, 24.2 en Singapur, y 13.9 por ciento en Estados Unidos (Castro, 2002).
México sólo imparte educación a 19 % de sus jóvenes
El diagnóstico que hemos presentado de la situación actual de la educación superior en México nos indica que actualmente hay 2 millones 147 mil 075 estudiantes, 2.09 por ciento del total nacional. En otros términos, significa que hay 2 mil 150 alumnos por cada 100 mil habitantes.
En un estudio realizado, recientemente, por la Secretaría de Educación Pública se señala que en México sólo se imparte educación superior al 19 por ciento de su población de 20 a 24 años, mientras que países más rezagados, como Bolivia y Ecuador, tienen una cobertura de 23 por ciento y 20 por ciento, respectivamente. En Argentina se atiende a 43 por ciento de los jóvenes; en Canadá, a 60 por ciento, y en Estados Unidos, a 70 por ciento.
De acuerdo con estas cifras, la SEP concluye que México “no sólo muestra un rezago considerable” en la cobertura de educación superior en relación con países de mayor desarrollo económico, sino que se encuentra por debajo del nivel que presentan naciones con situación similar o más pobres, como Bolivia y Ecuador.
Así, para que México alcance por lo menos el indicador de los principales países de América Latina -cuya atención es 2 mil 800 estudiantes por cada 100 mil habitantes- necesita de una infraestructura “dos veces mayor” a la construida en los últimos 10 años (SEP-SESIC, 2001).

Cuadro Nº 6: ¿Cuántos jóvenes estudian en México?
Fuente: SEP-SESIC


Ascendió la participación de la mujer en la matrícula, pero aún es insuficiente
Aunque la participación de la mujer en la matrícula de educación superior, en todas sus modalidades y niveles, ascendió en el 2000 al 47 por ciento de la población estudiantil (SEP-SESIC, 2001) y al 48 por ciento en el 2003 (ANUIES, 2003), todavía tiene “cierto rezago” con respecto a otros países que superan la cobertura de 50 por ciento. Por ejemplo, Brasil y Colombia están por encima de nuestro país, con una participación femenina de 54 y 51 por ciento, respectivamente. Pero la brecha es mayor con respecto a naciones como Estados Unidos y Rusia, donde las mujeres representaban hace 8 años 56 por ciento de la matrícula (SEP-SESIC, 2001).
Asimismo, presenta ciertos sesgos, en tanto que existen ciertas carreras a las que tradicionalmente se orienta el género femenino, tales como el magisterio, la enfermería y las humanidades.
La mayor parte de la matrícula de posgrado se concentra en el D.F.
La matrícula de posgrado creció en los últimos diez años 61 mil 473 estudiantes. En el ciclo escolar 1994-1995 la educación superior alcanzó una matrícula de 1 millón 420 mil, de los cuales poco menos del 5 por ciento cursaba el posgrado (71 mil alumnos) (CAPFCE, s/f). Actualmente, la matrícula de educación superior es de 2 millones 147 mil 075, de los cuales el 6.2 por ciento cursa el posgrado (132 mil 473 alumnos). Del total de matrícula el 7 por ciento cursa el doctorado, el 22 por ciento una especialidad y el 71 por ciento la maestría (ANUIES, 2003). Buena parte de ese crecimiento se dio en las entidades federativas; sin embargo, 62 por ciento de los estudiantes de posgrado se ubicaban en sólo tres entidades federativas y el Distrito Federal, donde se concentraba la mayoría (CAPFCE, s/f). Un ejemplo es que en el año 2001, el 72 por ciento de los estudiantes de doctorado se concentra en cuatro entidades: Distrito Federal (4 mil 998), Estado de México (676), Guanajuato (499), y Baja California (429) y en contraste cuatro estados no ofrecen estudios de doctorado: Campeche, Nayarit, Quintana Roo y Tabasco (Ríos, s/f). Aunque la matrícula de posgrado se incrementó ligeramente en estos últimos años, sigue siendo insuficiente y desigual en el territorio nacional.
Proyecciones meta frente a las proyecciones tendenciales 2006
Por último vamos a considerar el futuro crecimiento de la matrícula de educación superior en México hacia el año 2006. Tres documentos son importantes para considerar la futura expansión de la matrícula: el «Programa Sectorial de Educación 2001-2006»; el documento de la ANUIES «La Educación Superior en el Siglo XXI, Líneas Estratégicas de Desarrollo»; y, en forma complementaria, el documento «Programa de Ampliación de la Oferta de Educación Superior 2002», elaborado por la Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica (SESIC).
Por otra parte, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES, ha efectuado cálculos, con base en las proporciones de la matrícula que se presentarían en proyecciones tendenciales; tanto de los subsistemas de universidades, institutos tecnológicos y de educación normal; como de las instituciones públicas y particulares en cada uno de éstos.
En el Cuadro Nº 7 se observa en contraste las metas del Programa frente a las proyecciones tendenciales propuestas por la ANUIES. Es apreciable la brecha existente entre la proyección meta y la proyección tendencial. Para la matrícula total de la educación superior, en el año 2006, esta brecha ascendería a cerca de 410 mil alumnos. En consecuencia, se estima que será muy difícil alcanzar las metas proyectadas en el Programa si continúan las tendencias inerciales en los subsistemas y si no se hace un extraordinario esfuerzo en las modificaciones de dichas tendencias (Taborga, 2002).

Cuadro Nº 7: Expansión de la Matrícula al año 2006
Fuente: (*) Meta del Programa Sectorial de Educación 2001-2006
(**) Proyección Tendencial de ANUIES (Regresión logarítmica)


Tendencias de la Matrícula
Con base en los datos disponibles hasta el momento, las posibles tendencias que podemos observar son:
Expansión y diversificación de la Educación Superior
Producto del aumento de la demanda social de educación y de la expansión de los niveles previos, el sistema de educación superior ha sufrido, en las últimas décadas, un impresionante crecimiento en México y la tendencia es continuar su crecimiento en los próximos diez años.
Inequidad en el acceso a la Educación Superior
A pesar del crecimiento sin precedentes de este nivel educativo, éste se presenta con fuertes disparidades, en cuanto al acceso a los servicios educativos. La oportunidad de acceso a la educación superior no es equitativa para los diferentes grupos sociales de la educación, aspectos de carácter socio-económico, étnico, de género o de capacidad física, representan obstáculos para la incorporación y la permanencia a los sistemas educativos superiores.
Disparidad en la distribución de la Educación Superior
Territorialmente también existen disparidades en cuanto a la distribución de instituciones de educación superior, las cuales se concentran en los centros urbanos de las entidades de mayor desarrollo económico. Principalmente en el Distrito Federal. Desde hace algunas décadas, se ha tratado de revertir esta tendencia centralizadora, con la apertura de instituciones educativas de nivel superior en todas las entidades del país. Pero este proceso aún es incompleto, por lo que existen corrientes migratorias relacionadas con la demanda de educación superior, de personas que no encuentran, dentro de su entidad, oportunidades de desarrollo educativo. En este sentido, la tendencia es que el D.F. siga siendo la entidad con más del 20 por ciento de la matrícula nacional de educación superior.
Mayor privatización de la Educación Superior
El crecimiento de la oferta educativa se ha centrado, de manera preponderante, en el sector privado. Se presenta, de esta manera una tendencia mayor hacia la privatización de los estudios de nivel superior, sobre todo de licenciatura.
Desequilibrio en la composición de la matrícula de Educación Superior
Diversos fenómenos de carácter cultural, económico y político, han contribuido a generar desequilibrios estructurales en la composición de la matrícula de nivel superior, en relación con las diferentes áreas de conocimiento. Hay una fuerte concentración de la demanda y de la oferta, en el área económico administrativa, así como en algunas carreras de corte tradicional, como las de Derecho y Medicina; mientras que otras áreas, relacionadas con las ciencias, aportan porcentajes muy bajos al total nacional. La tendencia es que más del 40 por ciento de los egresados que cursan carreras de alta demanda no podrían tener empleo al concluir sus estudios.

Bibliografía
ANUIES (2000), Nuestras Instituciones Afiliadas. Capacidad y experiencia para México y el mundo, ANUIES, en Ríos Ferruzca, Herculano (s/f), Op. Cit.
ANUIES (2003); ver www.anuies.mx, (octubre 2003)
CAPFCE (s/f), “Educación Media Superior y Superior. Diagnóstico y Retos”; ver www.capfce.gob.mx/normativ/pdeduca/dyretos3.htm, (marzo 2003)
Castro García, Ignacio (2002), “Sobresaturadas las licenciaturas de Ciencias Sociales en la UNAM”, Yahoo Notimex, 27 de mayo, México, p.2.
DGAE-UNAM (2002), en Secretaría de Servicios a la Comunidad Universitaria, Dirección General de Orientación y Servicios Educativos, DGOSE, UNAM (2002), Guía de Carreras UNAM 2002, México, Ed. DGOSE, UNAM.
Hernández Camargo, Emiliano (1976), “Plan de Desarrollo en los Institutos Tecnológicos Regionales”, Revista de la Educación Superior, No. 19, en Ríos Ferruzca, Herculano (s/f), op. Cit.
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Rangel Guerra, Alfonso (1976), “La desconcentración de la Educación Superior”, Revista de la Educación Superior N° 19, en Ríos Ferruzca, Herculano, (s/f), op. Cit.
Ríos Ferruzca, Herculano (s/f), La desconcentración de la educación superior en cifras; ver www.anuies.mx/anuies/revsup/res120/menu7.htm, (octubre 2003)
SEP (2001), Programa Nacional de Educación 2001-2006.
SEP-SESIC (2001), Estadística de la Educación Superior Mexicana, en La Jornada, “En México sólo se da educación superior a 19 % de los jóvenes”; ver www.jornada.unam.mx/2001/enero01/28/030n/soc.html, (agosto 2002).
Taborga Torrico, Huáscar (2002), “Observaciones sobre la expansión de la matrícula al año 2006”; ver www.anuies.mx/anuies/revsup/index.html, (marzo 2003).

Notas:
* Maestra en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Desde 1981, docente de nivel superior y posgrado en la UAM-X, Universidad La Salle y la UNAM. Su línea de investigación más reciente es la Matrícula de Educación Superior en México. Actualmente es académica de la Dirección General de Orientación y Servicios Educativos (DGOSE-UNAM). Ha publicado en revistas tales como: Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, Razones, Club Selecto, Cultura Norte, Punto de Vida y Cuadernos del Centro de Estudios de la Comunicación, así como en el Periódico El Nacional. Entre sus libros publicados se encuentra Un diario para el Auge y la Crisis.
1 Fue creado en 1991, ofrece una opción de educación superior tecnológica de dos años, que permite a los egresados incorporarse en poco tiempo al sector productivo (CAPFCE, s/f); actualmente, dicho subsistema consta de más de 50 instituciones.
2 La Educación Normal se considera en Educación Superior a partir del ciclo escolar 1986-1987 (INEGI, 2003:19).





Indice Revista Mexicana de Orientación Educativa N° 2

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